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Sin duda que las plantas de interior le entregan otra forma de vida a nuestro hogar y durante esta larga cuarentena muchos nos hemos acompañado de ellas pero, ¿Cómo entregarles el cuidado que merecen para que crezcan sanas y verdes? Aquí te lo contamos.

La pandemia ha modificado nuestra relación con el hogar y ha logrado que resignifiquemos nuestros espacios. Las plantas de interior vinieron a entregar vida y belleza y cuidarlas es toda una disciplina. La cantidad de luz o el riego son variables fundamentales en su proceso de crecimiento y aquí te aconsejamos sobre lo que debes tener presente.

Falta de luz. Este es uno de los principales motivos por el que decaen algunas plantas y, por norma general, debemos instalarlas lo más cerca posible de una fuente de luz natural para que puedan desarrollar su proceso vital de fotosíntesis.

Exceso de agua. Al estar protegidas por tu hogar, no acusan tanto las estaciones por lo que necesitan poca frecuencia de riego. De todas formas, en épocas de calor se debe aumentar su hidratación, aunque menos que una planta de exterior. Hay ciertas especies que es imprescindible asegurarles un riego adecuado por ser sensibles a la pudrición, como por ejemplo las orquídeas. Como sugerencia, puedes escoger maceteros de cerámica o de algún material transpirable y tierra ligera y bien aireada, lo que se puede lograr, por ejemplo, removiéndola con un simple tenedor. Por último, asegúrate de que tengan un buen drenaje.

Falta de humedad ambiental. Las puntas secas de las hojas es el síntoma más habitual porque es evidente que el interior de casa no es su ambiente natural. Por eso pulverizarlas frecuentemente mojando sólo las hojas puede evitar su resequedad. También un plato con piedras pequeñas, arcilla u otro elemento para aislar la base del macetero puede ayudar a evaporar el líquido acumulado y entregar una humedad beneficiosa.

Temperatura adecuada. Debes cuidar los cambios bruscos de temperatura o las corrientes de aire. Ellas se sienten cómodas entre los 15 y 25 °C y los calefactores o aire acondicionado deben tenerse en consideración al momento de ubicarlas.

Cambio de macetero. El crecimiento de la planta exige un cambio de hogar. No es bueno que las raíces estén apretadas pues se enrollan y ocupan todo el espacio, quedándose sin aire.

Abonar. En primavera y otoño se pueden utilizar abonos líquidos cada 15 días, junto con el agua de riego, cuidando siempre las dosis que se deben aplicar para no quemar las raíces. Otro fertilizante que funciona bien es el granulado de liberación lenta, pues entrega lo necesario durante un período más prolongado (dos a tres meses).